36º Aniversario de la Declaración de Independencia Palestina en Argel



El 15 de noviembre de 1988, hace 36 años, Yasser Arafat leyó en Argel la Declaración de Independencia Palestina, escrita por el poeta Mahmud Darwish y recién aprobada por el Consejo Nacional Palestino, reunido en el exilio: “El Consejo Nacional Palestino declara, en nombre de Dios y en nombre del pueblo árabe palestino, el establecimiento del Estado de Palestina en la tierra de Palestina con su capital en Jerusalén (Al-Quds Ash-Sharif)”.

La Declaración continúa: “El Estado de Palestina será para que los palestinos, dondequiera que se encuentren, desarrollen su identidad nacional y cultural y disfruten en él de plena igualdad de derechos. Sus creencias religiosas y políticas y su dignidad humana estarán allí salvaguardadas bajo un sistema parlamentario democrático basado en la libertad de opinión y la libertad de formar partidos, en el respeto de la mayoría a los derechos de las minorías y de las minorías a las decisiones de la mayoría, en la justicia social y la igualdad, y en la no discriminación en materia de derechos civiles por motivos de raza, religión o color o entre hombres y mujeres, bajo una Constitución que garantice el imperio de la ley y un poder judicial independiente y sobre la base de una auténtica fidelidad al antiguo patrimonio espiritual y cultural de Palestina con respecto a la tolerancia mutua, la coexistencia y la magnanimidad entre las religiones”.


La Declaración deriva su legitimidad de la resolución de la ONU que divide la Palestina histórica: “A pesar de la injusticia histórica cometida contra el pueblo árabe palestino al ser desplazado y privado de su derecho a la libre determinación tras la adopción de la resolución 181 (II) de la Asamblea General de 1947, que dividió Palestina en un Estado árabe y otro judío, esa resolución sigue, no obstante, vinculando condiciones a la legitimidad internacional que garantizan al pueblo árabe palestino el derecho a la soberanía y a la independencia nacional”.

Al final de la lectura de la declaración, Arafat, en su calidad de Presidente de la OLP, asumió el título de Presidente de Palestina. En abril de 1989, el Consejo Central de la OLP eligió a Arafat como primer Presidente del Estado de Palestina.

Reconocimiento diplomático

Esta declaración fue un punto de inflexión en la historia del movimiento de liberación nacional palestino: la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) confirmó implícitamente la aceptación palestina de la solución de dos Estados a la cuestión israelí-palestina que se había prolongado durante décadas.

El Estado de Palestina fue reconocido por 77 Estados miembros de la ONU en el mes siguiente a la proclamación de la independencia, a los que se sumaron otros 13 países en los doce meses siguientes. En la actualidad, el Estado de Palestina es reconocido por 138 Estados miembros de la ONU, incluidos ocho miembros de la Unión Europea, y por la Santa Sede.

En diciembre de 2014, el Parlamento portugués aprobó una resolución no vinculante en la que se pedía al gobierno que reconociera a Palestina como Estado independiente, medida a la que sólo 9 de los 230 diputados se opusieron. Hasta la fecha, Portugal no ha reconocido a Palestina.

Sin embargo, Portugal mantiene relaciones diplomáticas con Palestina, habiendo elevado al jefe de la Misión Diplomática Palestina al rango de Embajador en 2010. Portugal abrió una representación diplomática en Ramallah en 1999.

Un estado ocupado y violado

En los treinta y cinco años transcurridos desde la lectura de la declaración de independencia, como en décadas anteriores, el territorio palestino nunca ha dejado de estar bajo ocupación y su población sujeta a la violencia del ocupante, ya sea el colonizador británico o el colonizador israelí. Pero tal vez nunca, como hoy, el grado de inhumanidad del agresor ha sido tan bestial. Y así lo refleja el mensaje de Mahmud Abás, el presidente del Estado de Palestina, con motivo del aniversario:

“Me dirijo a ustedes hoy, en el aniversario de la Declaración de Independencia, y juntos enfrentamos una guerra bárbara de agresión y una guerra abierta de genocidio contra nuestro pueblo en la Franja de Gaza y Cisjordania, incluida Jerusalén, nuestra capital eterna, y una masacre llevada a cabo por el estado ocupante ante el mundo, con el fin de quebrantar nuestra voluntad y desarraigar nuestra presencia nacional en nuestra tierra, la tierra de nuestros padres y abuelos, en la que nuestro pueblo ha vivido durante más de seis mil años.

“La guerra injusta y agresiva a la que nos vemos expuestos es una guerra contra la existencia palestina y la identidad nacional palestina, la identidad de la tierra y la identidad de la humanidad, y es un episodio de la serie de agresiones que se vienen produciendo desde hace más de un siglo. También es una vergüenza para quienes apoyan esta agresión y le dan cobertura política y militar. Son los restos de nuestros hijos, destrozados por los misiles de esta agresión israelí, y la sangre de nuestras mujeres. Nuestros hombres, cuyas esperanzas y vidas están siendo asesinadas por los misiles del ejército atacante, serán una maldición para la ocupación y para quienes la apoyan o guardan silencio sobre los crímenes de guerra que comete contra nuestro pueblo en la Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén”.

En la imagen: Yasser Arafat declara en Argel la creación del Estado de Palestina (Foto WAFA)


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