La Cumbre árabe condena la limpieza étnica contra Gaza y rechaza el plan Trump-Netanyahu



La declaración final de la cumbre árabe de emergencia celebrada hoy, martes, en la capital egipcia, El Cairo, afirmó el rechazo absoluto de los países árabes a cualquier forma de desplazamiento del pueblo palestino de su tierra o dentro de ella, bajo cualquier nombre, circunstancia, justificación o reivindicaciones, considerándolo una grave violación del derecho internacional, un crimen contra la humanidad y una limpieza étnica.

En la declaración final, los dirigentes árabes advirtieron que cualquier intento de desplazar al pueblo palestino o de anexar cualquier parte del territorio palestino ocupado conduciría a la región a una nueva fase de conflictos, socavaría las oportunidades de estabilidad y constituiría una clara amenaza a los cimientos de la paz en Oriente Medio.


La cumbre de emergencia adoptó el plan presentado por Egipto, en plena coordinación con Palestina y los países árabes, sobre la pronta recuperación y reconstrucción de Gaza, como un plan árabe integral, y trabajó para proporcionar todo tipo de apoyo financiero, material y político para implementarlo, paralelamente al lanzamiento de un camino político y un horizonte para una solución permanente y justa, con el objetivo de lograr las aspiraciones legítimas del pueblo palestino de establecer su Estado y vivir en paz y seguridad.

Los dirigentes árabes destacaron la máxima prioridad de completar la aplicación del acuerdo de alto el fuego y la importancia del compromiso de cada parte con sus promesas, conduciendo a un cese permanente de la agresión contra Gaza, una retirada israelí completa de la Franja y un acceso seguro, adecuado e inmediato a la ayuda humanitaria, refugio y ayuda médica.

Los dirigentes árabes subrayaron que su opción estratégica es lograr una paz justa y amplia que satisfaga todos los derechos del pueblo palestino, especialmente su derecho a la libertad y a un Estado soberano independiente en su territorio nacional basado en la solución de dos Estados, y el derecho al retorno de los refugiados palestinos, y garantice la seguridad de todos los pueblos y países de la región, sobre la base de la Iniciativa de Paz Árabe.


Subrayaron su “disposición a colaborar inmediatamente con la administración estadounidense y todos los socios de la comunidad internacional para reanudar las negociaciones de paz con el objetivo de alcanzar una solución justa y completa a la cuestión palestina, basada en el fin de la ocupación israelí y el establecimiento de un Estado palestino independiente y soberano según las normas del 4 de junio de 1967, con Jerusalén Oriental como su capital, para vivir en seguridad y paz junto a Israel, y convocar una conferencia internacional para establecer el Estado palestino”.

En la declaración final se pedía el fin de la agresión israelí en Cisjordania, incluidos los asentamientos, el apartheid, las demoliciones de viviendas para apoderarse de tierras, la destrucción de infraestructuras, las incursiones militares en ciudades palestinas y la violación de la santidad de los lugares sagrados. También se recalcaba el rechazo y la condena totales de todo intento de desplazar internamente a los palestinos de los campamentos y ciudades de Cisjordania o de anexionarse partes de Cisjordania bajo cualquier nombre o pretexto.


La declaración acogió con satisfacción la celebración de una conferencia internacional en El Cairo, lo antes posible, para la recuperación y reconstrucción en la Franja de Gaza, en cooperación con Palestina y las Naciones Unidas, y la labor para establecer un fondo fiduciario que recibirá promesas financieras de todos los países donantes e instituciones financieras, con el fin de ejecutar proyectos de recuperación y reconstrucción.

Acogió con satisfacción la decisión palestina de formar un Comité de Administración de Gaza bajo el paraguas del gobierno palestino, junto con los esfuerzos para permitir el regreso de la Autoridad Nacional Palestina a Gaza, como encarnación de la unidad política y geográfica de los territorios palestinos ocupados en 1967.

La declaración final de la cumbre árabe de emergencia subrayó que el asunto de la seguridad es una responsabilidad puramente palestina y debe ser gestionado únicamente por las instituciones palestinas legítimas, de conformidad con el principio de una ley y una arma legítima, y ​​con el pleno apoyo de la comunidad internacional.

Los dirigentes de los países árabes pidieron al Consejo de Seguridad que despliegue fuerzas internacionales de mantenimiento de la paz para contribuir a lograr la seguridad de los pueblos palestino e israelí tanto en Cisjordania como en la Franja de Gaza, siempre que ello se haga en el contexto del fortalecimiento del horizonte político para la encarnación del Estado palestino.

Acogieron con beneplácito los esfuerzos que está realizando el Estado de Palestina en el marco de una reforma integral a todos los niveles, y la labor encaminada a construir instituciones fuertes y sostenibles capaces de satisfacer las aspiraciones del pueblo palestino, y su empeño en celebrar elecciones legislativas y presidenciales lo antes posible, cuando las condiciones sean adecuadas.

La declaración final subrayó la importancia de unificar las filas palestinas y los diversos partidos nacionales palestinos bajo el paraguas de la Organización de Liberación de Palestina, el único representante legítimo del pueblo palestino.

La cumbre árabe de emergencia afirmó el apoyo a los esfuerzos de la coalición internacional para implementar la solución de dos Estados, encabezada por Arabia Saudita, y la participación activa en la conferencia internacional para resolver la cuestión palestina e implementar la solución de dos Estados, encabezada por Arabia Saudita y Francia, programada para celebrarse en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York en junio de 2025.

La declaración final también destacó el papel vital e irremplazable de la UNRWA en el cumplimiento del mandato que le otorgó la resolución de las Naciones Unidas que lo estableció en sus cinco áreas de operación, especialmente en Cisjordania, Jerusalén Oriental y la Franja de Gaza, y pidió a la comunidad internacional que le brindara apoyo político, jurídico y financiero para asegurar el continuo desempeño de sus tareas y rechazar cualquier intento o medida encaminada a reducir o eliminar su papel.

Los dirigentes árabes encargaron a un comité jurídico de los Estados árabes partes en la Convención de 1948 para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio que estudiara si el desplazamiento del pueblo palestino de su tierra, la expulsión, el traslado forzoso, la limpieza étnica y la deportación fuera del territorio palestino ocupado, y la creación de condiciones de vida expulsivas para la población mediante la destrucción generalizada, el castigo colectivo, el hambre y la negación del acceso a alimentos y suministros de socorro, son parte del crimen de genocidio.  │Diario Al-Quds Libérationصحيفة القدس ليبراسيون - Global Intellectual Property Registry Nº: 1 607138 370884 All rights reserved ©2016|

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